ESCRIBIR - RESIGNIFICAR VIVENCIAS

En una era de vertiginosidad digital, de realidad y amores líquidos donde los cambios discurren de nuestros dedos, y con un acceso a la información como nunca antes hubo, la gente experimenta, siente desamor, sobre todo el propio, en evasión y en inconsciencia esquiva a toda teoría interpretativa que psicólogos, filósofos y terapeutas complementarios que hoy nos ofrecen y llega a granel.

No es fácil, aunque sí posible, salir de mandatos, de esas corrientes de ideas que predominan en el mundo, sobre todo del amor romántico que tanto hacen confundir aun, llevando a caer en relaciones o vínculos con formatos tóxicos o poco saludables. No da lo mismo vivir alguna actitud romántica, que teñir una relación de idealizaciones y expectativas.

Quiero contar que fue mi padre quien inspiró en mí un intenso gusto por la lectura y el conocimiento. Adelanto, desde ya, una actitud ecléctica en mi comunicación, pues combinaré diversas ideas, estilos y posturas en mi expresión, un torbellino de lo que sé, de mi camino de aprendizajes.

Nuestras herencias ancestrales influyen en nuestra manera de relacionarnos y vincularnos.

En nuestro ADN discurren no solo características físicas sino también modos de interactuar con la realidad. Hemos heredado patrones, modos de funcionar que hasta tanto no hagamos conscientes dirigirán nuestra vida e inconscientemente lo llamaremos destino, como decía Carl Jung. “Lo esencial es invisible a los ojos”, expresó Antoine de Saint-Exupéry.

Y heme aquí, entre cerros recién nevados, y una sonora lluvia que hace caer la hojarasca de los árboles, en este otoño, con temperaturas por debajo de lo habitual. Empiezo a amasar, contar y compartir mi historia de vida, entretejida con valiosas historias de otras mujeres, que han ido hilando, con su sensible humanidad, toda la experiencia vivida. Ellas dejaron en mí huellas significativas. Huellas que, desde ahora, he de enseñar a otras, y otros, aun cuando cada cual hará su propio camino.

Uno de los cordones montañosos que se aprecia desde los ventanales de mi casa, es el de la Bella Durmiente, en sincronía témpora espacial en esta época de mi vida. Al trascender un análisis socio cultural de ese relato, el profundo significado de la historia maravillosa de ese cuento tradicional reside en el simbolismo espiritual de la vida. El despertar de la Bella Durmiente puede interpretarse como el despertar de la consciencia y el descubrimiento del propio potencial que conlleva a una transformación. Ikigai le llaman en la cultura de Japón a reconocer el propio lugar en el mundo, un propósito de vida en congruencia con cada peculiar talento o potencialidad, aquello que se ama hacer, y que se pueda aportar a la comunidad.

Escuché a Mex Urtizberea, actor, músico, conductor, escritor y humorista argentino, en su programa de YouTube ¡Fa!, de abril del año 2023.

Allí reseña: “Escribir es una actividad solitaria y silenciosa”.

La escritora Claudia Piñeiro, invitada al mismo, en ocasión del Día del Escritor, dice que “es una pulsión que una vez canalizada se le busca la explicación de por qué cada cual escribe”. Y cita a Reinaldo Arenas quien refiere que “se les pone palabras a silencios anteriores”.

En ocasiones no resulta fácil poner palabras o suficientes palabras a algunas situaciones. Y eso lo reflejará este sitio en sus valiosas historias de mujeres.

Y Gabriel Rolón, Licenciado en Psicología, e invitado a esa edición de ¡Fa!, en la celebración del día del escritor, refiere a que se escribe por lo que en psicoanálisis se llama resignificación que es:  iluminar la oscuridad del pasado con cierta luz del presente. En ese punto de madurez y resignificar experiencias me encuentro.

En el mismo programa el escritor Guillermo Sacomano dice que se escribe para averiguar quién se es…. Me siento identificada con ello.

Todo lo que ocurre en el mundo está para que alguien lo cuente.