LA VOZ HUMANA

Película de Pedro Almodóvar, año 2020

Columna de opinión

Digna película, para ver no una, sino varias veces en atención a los meta-mensajes de la simbología de su composición visual y auditiva.

Aires y semblante de duelo.

Una pareja se separa luego de 4 años de relación amorosa.

El audiovisual de 30 minutos muestra como lo vivencia ella, en la presente soledad del otrora espacio compartido. Sitio que ahora parece de ficción.

Su mente y emociones se desbocan. La melancolía aflora como testimonio de hiper realidad. El desamparo bordea la locura.

En un principio ella compra un hacha, la elige cuidadosamente.

Se maquilla y viste llamativamente, en la espera de un último anhelado encuentro, el de la despedida. A la sazón, le entregaría las valijas y su perro. La mascota revela en cada resplandor de la presencia física de su dueño, su ropa desplegada sobre la cama, sus bolsos, o algún sonido que augura una posible llamada o llegada, una animosidad resonante con la de ella. Gime.

Ella ingiere una mezcla de pastillas.

Tintinea el teléfono. El perro la despierta a lengüetazos. En un segundo repiqueteo, tras sumergir su cara en la ducha, consigue atender.

Despliega un largo e imperdible parlamento de mentiras que luego desdice, intentando mostrar superación.

Impacta cuando manifiesta que el distanciamiento le hizo olvidar la realidad y el tiempo. Expresa haber perdido el control y quiere lo anterior, que ya es pasado.

El adiós es impersonal. Tal vez, una vehemente revalidación de ese angustioso presente.

Prodigioso final sensorial para este drama, con el ardor propio de este director. Con nuevos aires almodovareños: esta vez en inglés, con una actriz británica que la rompe como nueva cara y voz, en el trayecto lineal de este cineasta.

Marie